domingo, 16 de agosto de 2020

Esto no es Berlín (2019)

 Si hay algo genial de escribir en la revista 237 Cinepensamientos Seculares es leer las reseñas de los colaboradores y conocer más de cine a un nivel más personal, y tras lo escrito por Ernesto Juárez, los dichos en redes sociales y tras ser de las más habladas para la entrega de los premios Ariel, finalmente me dispuse a ver la que muchos consideran una de las grandes joyas del cine mexicano de los últimos años.

Ya había visto el trailer, pero desde el nombre no me llamaba la atención, luego lo que se ve ahí, o al menos lo que yo entendí al verlo, no es lo que termina siendo; yo creía que trataba sobre alguna tendencia post punk de los 80s, y sobre eso iba a darse toda la trama, algo del estilo de Sing Street, pero mexicana; no obstante, no se centra en la parte musical, sino que esto es el portal para el contexto que realmente narra la película que es el arte contemporáneo mexicano que se da en la ciudad de México en esos días...

La historia empieza con Carlos (Xabiani Ponce) y Gera (José Antonio Toledano), dos morros de prepa que se la pasan en el desmadre. Carlos arregla cosas y hace robotcitos, Gera tiene una hermana (Ximena Romo) que tiene una banda post punk. Un día se les descompone en sintetizador y ella les ofrece llevarlos al tokín si se lo arreglan, y lo hacen, por lo que se los lleva de noche al Aztek a verlos tocar.... ya de ahí se enamoran del medio y no salen más. Es desde este primer tokín donde el arte se va mostrando, pues desde Gurrola hasta Francis Alys van apareciendo dentro del contexto narrativo. Carlos y Gera siguen jalando al rollo del Aztek en los distintos puntos de la ciudad donde se da el ambiente como ese, guiados por el artista Tito (Americo Hollander) que termina siendo el mentor y quasinovio del protagonista Entre más se adentran más le entran al arte y al degenere del tiempo, hasta que se va saliendo de control y los amigos se pelean y uno marcha al mundo del performance y arte transgresor, y el otro se vuelve el groopie oficial de la banda. Al final, luego de una ola de caos y sobredosis, los amigos vuelven a ser amigos y el mundo normal, en tiempos del México 86 reaparece ante ellos terminando esta loca odisea por la que el director Hari Sama nos llevó.

Completando el cast con el mismo Sama y Marina de Tavira, entre otros, la película termina siendo un producto bueno, pero no legendario como lo quieren vender; la película está bien armada, bien llevada, y sin duda destaca por sobre el promedio del cine mexicano actual. Claro que es recomendable, y de entre las plataformas legales se halla en Blim, pero yo sé que como yo, a ustedes el puro nombre ya les da comezón, así que pueden encontrarla en el siempre fiel Cuevana3. Así que ya saben dónde y ya saben cómo que pocas veces se hace cine sobre ese periodo perdido de nuestro México artístico.








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