martes, 11 de octubre de 2016

Riaru Onigokko (2015)

Conocida como Tag a nivel internacional, y sobre todo destacada por un meme que no ha parado de moverse debido a lo genial que es la escena (la del autobus), es una película del director Sion Sono, quien toma tres importantes temas actuales que a los fans tanto les gustan: el gore despropocionado, muy del estilo de la saga de Final Destination; la idea de múltiples dimensiones, muy homenaje al cine surrealista y sus ideas en general; y los videojuegos, que se justifican en el nombre, y no ahondaré para evitar spoilers.
La cinta basada en la novela de Yusuke Yamada, en sí no tiene una protagonista como tal; podría ser Mitsuko (Reina Triendl), primer estelar de la cinta, pero en sí, podríamos dividir los episodios de la misma como niveles de un videojuego, Tag. El primer nivel es contra esa onda de viento que se ve en el meme; el segundo en una escuela, conociendo amigas y aliadas para más adelante; el tercero la boda del cerdo; el cuarto la carrera de Izumi (Erina Mano); y la conclusión... sí, como ven, realmente no hablo bien del argumento, pero si lo hiciese el factor sorpresa se perdería, y sería una lástima que pasara si realmente tienen la intención de verla... como sea, sí les podemos decir nuestras resultantes:
Llegué a la cinta por el meme, realmente no esperaba mucho; sin embargo, gran sorpresa me he llevado, pues sin llegar a ser la nueva joya del cine de horror, la película es bastante entretenida, es propositiva, actual, sólida, se mantiene por sí sola, y en general es bastante satisfactoria; la trama, obviamente es confusa, pero si no parpadean seguro no se pierden; jejeje... no, esos enredos se irán descubriendo sencillamente para no caer en ese misticismo onírico inexplicable que tantas películas japonesas tienen... así que no vayan con miedo al hecho del entendimiento...
La película entonces sí es recomendable, hacía ya tiempo que no veía buen cine, o aunque sea aceptable; da gusto ver lo que parecía ya solo se encontraba en las series... calidad, y el más mínimo de respeto al espectador.








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