domingo, 12 de enero de 2014

Amores Perros (2000)

Si buscaramos una repercución inmediata a la trascendencia de Tarantino, una repercusión bien hecha, esa sería la hecha por Alejandro González Iñarritu y su guionista Guillermo Arriaga, que crean un trama entrelazado al estilo tarantinezco ta bien construído que el mismo Tarantino queda tan bajo del agua, que solo la búsqueda del mismo director crearía la conexión mencionada.
Sobre tres historias que encuentran su conexión por un brutal accidente de carro, en el que se cuenta la historia de Octavio, interpretado por Gael García (que encuentra el primer momento cumbre de su carrera en esta película), un chavo jodido mexicano clitehé, que quiere escaparse con su novia Susana (Vanessa Bauche), la historia de Valeria (Goya Toledo), que es una modelo que queda paralítica y ya no le resulta tan atractiva al hombre con el que sale, Daniel (Álvaro Guerrero), que le pone el cuerno a su esposa con ella; y finalmente está la historia del Chivo (Emilio Echeverría), que es un vago que mata por dinero para dárselo a su hija que no lo quiere.
Acompañada de un soundtrack épico, que incluye a lo mejor del momento, yendo de Control Machete a Café Tacuba, de Julieta Venegas a Illya Kuriaki, además del score completo por Gustavo Santaolalla, Amores Perros es una excelente recopilación de trágicas historias que catapultan a gente como Arriaga, Iñarritu y Gael, y se vuelve una de las más importantes películas que se hayan hecho en México para el mundo.
El cine siguió siendo una repercusión de Tarantino, como antes lo fue de Kubrick, como lo sigue siendo de Spielberg, etc, que Amores Perros se vale por sí misma, y no por nada estuvo nominada en mejor película extranjera en los premios Oscar, y le sirvió a Iñarritu para repetidamente ser nominado en dichos premios, y ser quizás el director mexicano más importante de su generación.
Una fabulosa recomendación para todo el público; única y escepcional. Indispensable.






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