lunes, 2 de diciembre de 2013

Post Tenebras Lux (2012)

Con un mood que infaliblemente nos lleva a recordar la estética de Japón, película del mismo Carlos Reygadas, pero con un constante cuestionamiento sobre ¿qué significa el marco de iridiscencia? Si es un referente al sueño, a la confusión o al dopage, eso jamás lo sabremos, pero la bien merecida del premio cannes, luz después de la oscuridad, es una gran película que pocos aguantarán, menos pocos entenderán y aún menos pocos la consideraremos una gran pieza artística que se encuentra en esa línea entre el pensamiento, la idea, la poesía, el videoarte y el cine que como tal no acepta el alejamiento obligado por Hollywood de hacer justicia a que el cine es un arte unificando las artes en su totalidad.
Estelarizada por Adolfo Jiménez Castro, Nathalia Acevedo y los muy geniales, y en ellos podría justificarse cuán buen director Reygadas es, sus pequeños Rut y Eleazar Reygadas, la cinta narra primeramente la vida de Juan y Natalia, siendo él alguién de "poder" en una zona rupestre tratando de encajar con los lugareños, y ella una mujer cuya sexualidad puede crear una ambivalencia entre la perversión y la frigidez, todo el resto podría ser una idea externa viajando por el universo de esta familia, podría ser el recuerdo y la densidad que no es frenada pese a nada, pudiera ser la conexión de la mente que jamás cesa, o simplemente un marco decorativo entre secuencia y secuencia. Las otras dos trascendencias que podríamos más cuestionar son las relacionadas con la tala de árboles, que terminan en el suicidio de Siete, un trabajador de Juan; y la otra escena, sin duda la más impactante e intrigadora es la famosa secuencia de un diablo, que llega a casa de una familia, que no es la de Juan, a hacer su trabajo, siendo solo un niño el que ve al demonio entrar a la habitación de sus padres.
Su falta de linealidad, a comparación de la constante relación que hacemos entre Tarantino e Iñarritu, aquí no entra, aún cuando no hay una línea trazada que nos lleve a lo largo de la historia, Reygadas es más familiar a Tarkovsky que a Tarantino e Iñarritu, Reygadas está más cerca a Bill Viola que a cualquiera que pensemos en el ambiente hollywoodense, Reygadas no es contador de historias, es un artista cuyas historias pudieran darse o no dentro de sus trabajos. Aún cuando la mencionada Japón es una historia como tal, Post Tenebras Lux, solo es el pensamiento, visualizado, filmado, editado, y recreado, puesto a la disposición del espectador, que es el que generará el cierre o no, pues el filme, una vez acabado, crea más para comentar y pensar, y teorizar, e hipotizar que lo que uno podría llegar a determinar sea al final de la película o veinte años después.
No es recomendable, no por mala, sino porque si usted espera líneas, tramas, historias, como las que Hollywood nos ha acostumbrado, usted va a salir con rabia, con soberbia sobre lo que debe de ser; pero en el arte nada debe de ser, el arte es, pese a los que estén en contra, el arte es la humanidad tratando de darse una explicación a sí misma, Post Tenebras Lux es más una pieza de arte que una cinta, resumiendo esto así: Post Tenebras Lux está más cerca de R. Mutt que de Steven Spielberg, ya si usted entendió y aceptó y se emocionó con este texto tanto como yo lo estoy al escribirlo, Post Tenebras Lux será una de las experiencias fílmicas más gratas que haya tenido en mucho tiempo. Esperemos que el cine de Reygadas no cese y subsista, y se mitifique, pues él es un gran artista mexicano que debería de inspirar a generaciones y generaciones.







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