lunes, 2 de abril de 2018

Verónica (2017)

Anunciada para la gran pantalla, pero estrenada a nivel mundial en Netflix, criticada al principio como la máxima cinta de horror jamás filmada por varios sitios de internet, Verónica llamó mi atención finalmente, solo para saber si era esa magnificencia que tantos sitios, no solo de cine generalizado, sino especializados en horror, estaban contando. Estamos en una época hype, y éste es el más grande de los males para el cine actual, pero habríamos de ver antes de prejuzgar, lo peor que podría pasar es que terminara siendo un bodrio de la categoría de Thor Ragnarok, y le quitamos a la película... de todos modos el Netflix ya está pagado.... no se pierde sino tiempo solamente.
Basada en el famoso Expediente Vallecas de Madrid, España, el único caso paranormal archivado dentro de los anales documentales de la policía española, la cinta nos cambia a la poseida Estafanía Gutiérrez (la real) por Verónica, el personaje ficticio, interpretado por Sandra Escacena, que distará años luz de parecerse a la protagonista original, por lo que desde aquí nos damos cuenta que la base será extremadamente breve en comparación a la historia original.
En la película, Verónica es la hija mayor de una familia a la que se le acaba de morir el papá; a la familia le conforman la mamá (Ana Torrent), quien siempre está ausente por trabajar en un bar, Verónica, Lucía (Bruna González), Irene (Caludia Placer) y el bebé Antoñito (Iván Chavero). La historia inicia durante un eclipse, cuando Verónica y dos de sus amigas (Ángela Fabián & Carla Campra) juegan a la ouija tratando de contactar a su papá muerto. El juego se interrumpe con el quebrantamiento de un vaso y la sangre de Verónica derramada sobre el tablero de juego; ya a partir de ahí, fenómenos paranormales comenzarán a suceder en la vida de Verónica, afectándole directamente a sus hermanitos. Ella pedirá ayuda a varios adultos, entre ellos su madre y una maestra ciega en su escuela (Consuelo Trujillo), pero realmente nadie hará nada al respecto, por lo que ella intentará resolver la paranormalidad por su propia cuenta, sin importarle que su inexperiencia podría ser más contraproducente para todo lo que ya había desatado.
¿Y qué ha sucedido? Pues sí me a gustado... Pese a que parece estar más basada en la canción Hechizo de los Héroes del Silencio que al Expediente Vallecas, la película me ha gustado bastante. No digo que sea ese hito que otras páginas decía, pero me ha encantado la interacción entre los personajes infantiles, los cuales se sienten muy honestos dentro de sus personajes, son extremadamente simpáticos, y quién no empatice ni un poco con la vida triste de Verónica es porque ese es el inempatizable absoluto. La dinámica y llevamiento están bastante bien realizados, la hechura en partes me recuerda al trabajo básico de Dario Argento, y las entidades fantasmales no se sienten forzadas, terminando teniendo una pieza muy bien realizada, que si bien no revoluciona el cine de horror, sin duda vale la pena visitar... pero entonces ¿quién es el realizador? Paco Plaza.
Pues ¿porqué nadie le menciona? ¡Es la mente maestra detrás de la saga de Rec! ¿Cómo no va a realizar una pieza de esta calidad alguien que por sí mismo ya es un hito indispensable al menos en la historia del cine de horror reciente? Pues claro, si anunciaran la película como parte de la filmografía de este señorón ¿cómo no ir a verla desde el primer minuto de su exhibición?
La película entonces no es el mega hype que se decía, no es para nada inexperta, pero el resultado final es más que aceptable, la cinta es original en un campo más que prostituido por cineastas que no tienen la más mínima idea de lo que hacen; y claro que es un producto recomendable que ojalá se promoviera más de una u otra manera, siendo parte de uno de los mejores del cine español. Bien por esa.















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