Dirigida por Jay Karas, la cinta narra la historia de Leo (Seth Carr), el típico niño maltratado; vive con su papá (Adam Pally) y su abuela materna (Tichina Arnold), su mamá los dejó por otro, y están en quiebra, por lo que el papá se la pasa trabajando en lo que Leo y la abuela ven la WWE. En la escuela le maltratan, y en una de sus escapadas de los bullies llega a un museo donde halla una máscara de luchador, toda apestosa -detalle que solo se menciona pero es irrelevante para la narrativa-; el dueño del museo le deja quedarse con la máscara, y esa noche descubre que le da super fuerza, por lo que decide ir a un campeonato local de NXT donde el premio es volverse luchador y ganar $50k, con lo que piensa ayudar a su papá. Entra a las luchas con el apodo de Kid Chaos, y en su ascenso tendrá que enfrentarse a luchadores como Otis o Keith Lee, para llegar a la final donde aparecen más luchadores como Miz, Sheamus y Kofi Kingston, además de tener apariciones de Rene Young, Mia Yim y Corey Graves.
Pese a todo, la película sí es medio chafona y extremadamente infantil; gusta pequeñas referencias para los fans de WWE, pero de ahí en fuera no tiene relevancia alguna. Véala si quiere ver algo light con la familia, pero hasta ahí...

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