Luego de un día de campo, un niño (Aguirre) es separado de su familia para que honrozamente los represente en la gran familia de padres católicos que forman las legiones del padre Cruz (Bernal), y así seguir el más honroso camino que las familias católicas solían tener; sin embargo, ya ahí, entre los padres abunda la homosexualidad, la perversidad y la idea de que juzgar a un sacerdote por sus gustos y placeres que éste seleccione es el peor pecado de todos; por lo que con estos fundamentos, Cruz elige a "Sacramento" para ser su seminarista personalizado volviéndolo al final de la cinta -SPOILER- el obediente perfecto, un verdadero amante resignado que cerca esta de dar gracias por ser violado constantemente por su tutor.
Sin un fin verdadero, y volviendo la cinta un ciclo conocido de grotesquería católica, la cinta podría ser un buen proyecto para manejar, no solo por su controversialidad, sino por el revolucionario material con la que el argumento cuenta, pero son verdaderamente las decisiones de Urquiza las que bien definirían el trabajo final de la cinta, la cual , termina siendo por momentos aburrida, por momentos pretenciosa, la selección del soundtrack es disonante con las escenas, no parecen tener lógica y solo parecen evocar una mente indefinida que no vale la pena conocer...
Por lo que, como película el resultado es bastante pobre, no llega a ser la grotesquería que debería (o no) de ser, tanto las actuaciones de Bernal como las del pequeño Aguirre son buenas, pero no sorprendentes, pero la composición final dista mucho de ser acertada... Por lo que no es una gran recomendación, pero tampoco afecta verla... Al final, con estas palabras suya será la decisión de conocer o no la interpretación de Urquiza sobre la pedófila vida del padre Masiel vuelta cine.
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