Favorita de muchos (véase ejemplar final de 2016 de nuestra revista 237 Cinepensamientos seculares), odiada por otros tantos más (véase Sundance 2016), la traducida como Un Cadáver para sobrevivir (eso supone significar Swiss army man (Swiss ha de significar sobrevivir, armyman cadáver, ¿o cómo? no entiendo)) es uno de los proyectos más adoc para entender al núcleo de la generación millenial, pues en una ya tradición iniciada con películas como Where the Wild things are o Her, más la onda hipster mezclada con festivales como Coachella o hasta el Corona Capital, más caricaturas como Bob Esponja, Hora de Aventura o hasta Uncle Grandpa, A Corpse to Survive (¿?) une ese halo musical generacional políticamente correcto estelarizado por tres íconos de la generación -también- como lo son Harry Potter (Daniel Radcliff), Little Bro Sunshine (Paul Dano) y Ramona Flowers (Mary Elizabeth Winstead) volviéndose quizás la más significativa cinta de la generación, siendo el reflejo perfecto de ésta, entendiendo aquí sus almas, sus sentimientos y sentires, gustos y sonrisas, entendiendo porqué Clint Eastwood le ha llamado la generación más marica que recuerde...
Sobre un cadáver pedorro (Radcliff) que llega a una isla en el Pacífico justo en el momento indicado para impedir el suicidio de un náufrago (Dano), dándole a éste la idea de usar sus pedos como propulsor para salir de ahí y viajar de vuelta a la civilización. Mientras regresan, el cadáver va volviendo en sí gracias a la amistad, el deseo por una chica que ambos desean (Winstead), de la que solo se sabe por una imagen en el celular de Dano, y un lazo bromance homonecrófilo que basa su comunicación en sus pedos, sus erecciones y sus sueños de ese regreso que cada vez se ve más difícil en ese recorrido que parece inmenso, pero al final resulta ser no más largo de un par de kilómetros.
Así que, primero, se llama en inglés Swiss Army Man porque comparan al cadáver con una navaja suiza, no trata de militares, no trata de un ejército, zombies, ni nada... podemos proseguir...
Ahora los pros: El reflejo de una generación no importa qué tan burdo sea, a generaciones antes las representó el punk, grunge, Ren & Stimpy, Beavis & Butthead, etc... por lo que ver una epítome de la generación crecida con I Carly es relevante. Su música es más adoc a ellos que ninguna película que recuerde... La similaridad de lo naif con estilos como el de Gondry, en secuencias como la del autobus, son bellos reflejos de la imaginación humana proveniente de los más básicos instintos abstractores; y finalmente esa mentalidad políticamente correcta donde no se ve la homosexualidad y necrofilia light como un tabú, sino como algo anecdótico, es interesante... me pregunto cómo serán las generaciones postTrump....
Ahora lo cruento y objetivo: La película sí es muy pendeja. La premisa de los pedos, que como se menciona en la película de South Park, se podría dejar para las caricaturas de Nickelodeon, quiere caer en lo cómico, pero termina siendo más que boba y sin sentido... Mezcla esto más la lentitud del inicio de la película y la melosidad del resto, y se entiende porqué la gente vació las salas a mitad de la película en su estreno de Sundance...
Entonces, si usted es curioso, véala, si es tolerante, véala, si le gustan los chistes tontos, véala, si es fan de Radcliff postPotter, véala; pero si no es nada de eso, mejor siga su camino, pase sin ver, y dejemos que el tiempo juzgue definitivamente el resultante de la misma.
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