Basada en el manhwa o cómic coreano del mismo nombre, el director Scott Stewart decide integrarse a la ola comenzada con Van Helsing de utilizar leyendas ajenas para crear un universo propio, y pareciendo hacerle competencia al más grande cazador hombre de vampiros de la historia, Blade (porque la mejor mejor es Buffy), y usando una alternativa de ultraderecha a la pregunta de cómo sería el mundo distópico postapocalíptico tras una invasión vampírica, Stewart pone a Paul Bettany como el padrecito rebelde que protagonizará esta película con ganas de volverse franquicia, pero que es improbable que eso suceda...
Luego de la invasión vampírica el clero toma el poder y entrena a unos super padres que con su magnífica habilidad eclesiástica vencen a las hordas de vampíros, y lo logran; sin embargo, tras un tiempo, ocurre que secuestran a la sobrina del padre Bettany (Lily Collins), y pese a las indicaciones de los gobernadores cardenales, él va a rescatarla al lado del novio de la sobrina (Cam Gigandet), trayendo tras de sí más padrecitos mandados para detenerle, entre ellos la sexy Maggie Q aka Nikita, todo camino al plan de un jefe vampíro (Karl Urban), que planea atacar la ciudad de los padrecitos y vengar la guerra perdida con anterioridad.
Completando el cast con Christopher Plummer y Brad Dourif, aún con las claras alusiones a cintas como El Bueno, El Malo y El Feo, además de a las mencionadas Van Helsing o Blade, y hasta Soy Leyenda, por la estetización moustrosa de los vampiros, la película es bastante tibia con todo y ser entretenida, sin embargo no llega a alzar la historia en ningún momento, es en ocaciones aburrida y fofa, pero al final aguanta en su género sin destacar... Por lo que si usted se la topa y gusta de los "superhéroes" independientes, talvez pueda gustar sin fascinar, si es un neófito en el tema manténgase al márgen, pierde más de lo que ganaría...
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