Sobre un lugar que nadie sabe bien qué pasó, al que llamaron "la zona", y que el gobierno prohibió, se crean mitos sobre la salvación del alma, el conocimiento absoluto del yo, la paz interior; sin embargo parece que el que entra ya no sale otravez; así que hay unos pocos que son llamados stalkers que han podido entrar y salir y conocer los máximos secretos de la geografía de la zona. La historia aquí narra de dos sujetos, un escritor y un profesor, que buscan a un stalker para que los ayude a entrar y ver qué hay dentro del lugar.
Un viaje místico al interior de uno, a los temores, a las inquietudes, a los deseos; un poema estelar sobre lo que es y no es, o lo que se cree ser; ciencia ficción usada como metáfora de la reflexión del yo, de la búsqueda, de la autorealización del ser; y a la vez, introduciendo elementos tan clitché del gpenero como la guerra nuclear, los extraterrestres y hasta la telequinésis. Una odisea hacia el espacio desconocido, una oda a la curiosidad y a la filosofía dentro de las preguntas ¿qué? y ¿porqué?
No es Star Wars o Star Trek, pero la ciencia ficción que el tremendo Tarkovski utiliza están más cerca de Philip K Dick que de George Lucas. Usa el desconocido del futuro, para tratar de entender el presente y el pasado. Una de las mejores películas que se hayan filmado, pues entremezcla esas ideas comentadas sobre la exploración de la ciencia ficción con la belleza constructiva de una cinta de arte. Una recomendable para los autoanalíticos, para los pacientes; pero si usted cree que por decir ciencia ficción va a ver naves espaciales y aliens explotando por doquier, mejor aléjese, pues es una lenta película que está más cercana a las artes literarias que a six flags.
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