Sobre la labor de Ron Burgundy y sus amigos del telediario de San Diego, la cual se ve interrumpida por la introducción de Veronica Corningstone, que pone en jaque sus tendencias machistas y mediocres, al empezar la revolución de los medios de comunicación.
Con cuanta taradez se nos ocurre, yendo de un perro platicando con un oso hasta una guerra de mafias mediáticas internacionales, la película es una absoluta bobería de las de más alta calidad, no por nada años más tarde se reuniría al equipo para hacer una secuela.
Así que si usted se siente con el humor de soportar una sarta de estupideces al estilo McKay-Ferrell, la película se va de recomendada, pero si usted se siente apretado, creído e intelectualoide, corra a los blockbusters a quemar todos los dvd que pueda, y reporte a la policía del internet cada enlace que contenga la película ¡corra!

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