La franquicia cambia de director, ahora teniendo a la cabeza a Ed Gass-Donnelly, degiro (pues ya no es foundfootage), y también cambia de protagonista al más obvio elemento en cuestión Nell (repitiendo a Ashley Bell), pues el reverendo muere en la primera parte (o se ve algo así), narrando el escape y la recuperación que la personaje debe llevar tras lo acontecido en la primera parte.
Pese a una muy buena actuación de Bell en un papel que hace suyo, casi como Freddy de Robert Englund, el llevamiento de la historia pierde el hilo varias veces, llega a ser tediosa y forzada, además de que los efectos especiales son de verguenza para una cinta directo al cine, pues hasta la serie Smallville tiene escenas mejor hechas.
Glass Donnelly logra destruir lo que parecía podía ser una cinta importante de nuestro tiempo; pero pues así es la industria, si se hace solo por vender, para eso está el nombre, pero mataron la franquicia. Si les gustó la 1, véanla, sufran, si no vieron la 1, la 2 es tan indispensable como frutas podridas en un T-Bone de lujo.
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