Con uno de los mejores comienzos en una película, pues el resto parece solo relleno de la primera secuencia, James Wong abre el telón para una de las más exitosas sagas de comienzos del siglo XXI: Destino Final, que narra accidentes horrendos de los que algunos se salvan, revelando el rencor de la muerte para conseguir siempre lo que se le antoja de una manera u otra.
En esta primera cinta, la escena del avión explotando puede verse tan clásica como las naves atacando en la Guerra de los Mundos de 1953, o el Titanic de Cameron hundiéndose, dejando el resto de la historia solo a un seguimiento de la trama...
Icónica del tiempo en el que fue hecha, solo el tiempo dirá si se torna a clásico de la cinematografía general o no... dejándola al menos como una de las más importantes de su tiempo...
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