Del icónico director de culto John Waters, llega una oda a lo grotesco y lo inmundo; estelarizado por la drag Divine, la historia narra cómo después de ser declarada la persona más inmunda, la envidia nace en gente alrededor de Divine, así que inicia una guerra por la máxima inmundicia, donde una señora amante de los huevos, comer mierda, sexo oral a su propio hijo, mujeres encerradas en un sótano para parir hijos por medio de violaciones y luego venderlos a lesbianas, matanzas policiacas y sexo con pollos se vuelven parte de este enfermizo manjar para anormales, morbosos y cinéfilos sin rumbo.
Es un peligro para ver para los que se asustan con facilidad, pues aunque no se puede considerar una película de terror o gore, no es apta para todos; sin embargo, cinéfilos convencionales es un indispensable en el proceder cinematográfico.
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