La historia de Silverio Palacios interpretada por Silverio Palacios es escrita y dirigida por Álvaro Curiel, narrándonos cómo el sindicalista veracruzano decide zarpar en un acorazado hecho en casa para irse para Estados Unidos, pero arribando a Cuba, donde conoce a personas maravillosas, pero en su ensimismamiento a la mexicana Silverio no soporta en modo de vida cubano y vuelve a la mar por un destino diferente.
Primero que nada palmas para la impecable fotografía y ensamblado de la película, pues se podría considerar una película plenamente visual; sin embargo, la narrativa es un tanto inconsistente, pese al buen establecimiento de los personajes, éstos se notan mal explotados y no son tan bastos como hubieran podido ser usados.
Así bien, la cinta sí es recomendable, pero sí hay que avisar que tiene momentos grises y planos en cuanto a línea narrativa, aún cuando el mensaje bajo el agua es un tanto trágico y bello a la vez, y es el cuento de la cubeta de cangrejos mexicanos, desde la historia de Palacios. Y finalmente nos quedamos con un pensamiento al ver a Silverio partir nuevamente, y es !qué bella es Cuba!
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