La cinta, como Blood Feast, no es una joya en cuanto a producción, pues sí cae mucho en construcciones malhechonas, pero el legado gore de Gordon Lewis hace que todos sus trabajos sean invaluables, teniendo su filmografía como un obligado de los fans del género, pues como padre de éste, él es la parada obligada para el entendimiento del cine gore y su historia.

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