Reinterpretación del libro clásico chino del siglo XVI, de la dinastía Ming, Viaje al Oeste, la conseguible como Journey to the West: Conquering the Demons, es una cinta china dirigida por Stephen Chow, y en tiempos de decadencia hollywoodense, en un ciclo de remakes y secuelas que ya no saben hacia donde moverse, resulta como un inesperado rayo de luz en medio del tornado de confusión, habiendo creado un producto que mezcla una fantasía de primer nivel, una fotografía y escenografía digno del worldwide, y una comedia y "malhechura" inherente que se codea con el mockbuster, pero con la dignidad de la calidad de cine de arte, consiguiendo una pieza bellísima que navega entre el ánime y el manga mezclado con el gran hollywood de Hook, Waterworld, entre otras tantas más del primer nivel, cuyo legado queda atrás frente a la inminente avaricia de las casas productoras.
La historia comienza en un poblado hermoso chino, donde un señor juega con su hijita, y es tragado por algo de debajo del lago; la gente se queda perpleja, y decide llamar a un monje taoista (Fung Minhun) para que mate al moustro, y caza una gigantezca mantaraya, pero aparece un monje budista (Wen Zhang) muy vagabundoso que dice que la raya no es el demonio, que algo más vive en el lago... nadie le cree, lo dan por loco, y lo encierran... solo para que pase lo obvio, y un enorme pez gato ataque al pueblo y deje en ridículo al taoista; Tang Sanzang, el budista, de una u otra manera se libera, y pese a perder a una madre con su hija, salva a un bebé y al resto del pueblo, atrapando al demonio y cuando casi lo purifica, llega una cazademonios más ruda (Shu Qi) y mata a la creatura, que no reaccionaba a las canciones de cuna tontas del monje; la aventura acaba, el maestro de Tang (Cheng Si Han) manda al alumno a su siguiente misión, la cual será en un hotel en las montañas, donde un demonio cerdo (Chen Bing Quiang) es el chef, cocinando humanos dentro de los cerdos que da de comer, y ahí nuevamente contará con la ayuda de Duan, la cazademonios; solo que ésta ocasión fallan, y el demonio cerdo queda libre, por lo que ahora necesitan la ayuda del rey de los demonios, Monkey King (Huang Bo) para terminar sus tareas, solo que MK se halla prisionero en unas lejanas montañas a las que Buda le recluyó. Tang iniciará el viaje que cambiará su vida, y dará inicio a las historias que el cuento clásico chino narra.
Entonces, los demonios son fantásticos, los chistes son caricaturezcos, lo ingenuo no se nota chafa sino intencionado, la estructura de la película es increíble, y en general, la cinta logra ser un proyecto sincero del que pocas veces se sabe, encontrando como lección occidental que cuando estés harto del cine de occidente, voltea hacia el este y ve que allá también el cine ha evolucionado, y se están haciendo cosas que valen la pena conocer.
La película es estupenda, es totalmente recomendada, y pese al eclesiástico final, todo el proyecto hace esperar la secuela, que se dice saldrá en 2017, con emoción y expectativa.
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