Inspirado en el documental The Loving Story de Nancy Buirsky, el director Jeff Nichols logra colarse a la temporada de premios con una película que pese a su valor argumentativo a favor de la igualdad racial, no ha hecho tanto eco como deberìa; quizás es por la narrativa, que pese a ser bastante entretenida, excluye ese factor heróica que las película de triunfos en contra de la injusticia social suelen exagerar. Como sea, sus nominaciones para los globos y los óscares son inevadibles, y ya con eso destaca más allá de su nula distribución.
Estelarizada por Ruth Negga y Joel Edgerton, la película nos narra a partir de cuando esta pareja interracial de los 50´s se va de Virginia a Washington para poder casarse; luego se regresan a su estado, festejan con su familia, él compra un terreno para construir su casa, y planean vivir juntos amorosamente. Una noche la policía irrumpe a su casa y les arresta. Su condena para no pasar un año en la carcel: 25 años sin poder entrar al estado de Virginia. Se van a Washington, pero allá ella es infeliz; ella ya había planeado dar a luz en su pueblito. Van de vuelta. Los vuelven a arrestar; un abogado chafón miente de que les había malinformado de que podían volver solo a tener a su bebé. Los vuelven a exiliar. De vuelta en Washington alguien les dice que deberían escribirle a Kennedy para ver si los puede ayudar; ellos son escépticos, pero aún así ella lo hace, recibiendo una respuesta poco después. La respuesta es de un abogado amateur que se propone ayudarlos, ayudándose con esto a arreglar constitucionalmente las leyes en contra del matrimonio mestizo.
La historia es real, sucedió, la pareja Loving fue un matrimonio famoso en aquellos tiempos, y gracias a su caso esas leyes racistas desaparecieron; sin embargo, decir que ellos hicieron activamente algo más allá de amarse, algo como lo de Luther King, no; solo se dejaron ayudar, esperaron y triunfaron -he ahí la ausencia heróica que menciono-
Entonces, sí, los que se llevan la película son los protagonistas, totalmente entregados a sus personajes; Nichols sabe contar una historia bonita que en ningún momento se vuelve aburrida, teniéndose como una triste desventura vuelta trascendental transformada en una recomendable película para la temporada. No obstante, no es de las más destacadas o de las imperdibles, entendiéndose aquí el porqué a las distribuidoras realmente les importó un comino su existencia, resultando mayor su valor histórico que fílmico.
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