Aunque Spiderman de Sam Raimi se considera el parte aguas del cine de superhéroes actual, para cuando X-Men de Bryan Singer salió, acababamos casi de haber tenido pedazos de mierda aún de cintas como Batman & Robin, por lo que la incertidumbre en contra del género hacía que las miradas hacia el mismo fueran más a manera de broma que seriamente; sin embargo la cinta en cuestión nos muestra a una serie de actores relativamente desconocidos como Hugh Jackman, Famke Janssen, Anna Paquin, James Mardsen, Halle Berry, Shawn Ashmore, y algunos más conocidos como Patrick Stewart o Ian McKellen que llegan a encarnarse con los personajes creados por Stan Lee & Jack Kirby, trayendo nuevamente seriedad al género y fe en el mismo, pues si X-Men no hubiera salido de la forma en la que salió, seguro Spiderman hubiera sido una historia diferente y el cine de héroes de hoy sería totalmente diferente (inundado de los Indestructibles).
Y aún con toda esta serie de halagos, las inconsistencias en la historia aún son memorables, no como en la ya mencionada Batman & Robin, o algunas del estilo, pero que son fácilmente superadas en la secuela.
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