Si hay un Dracula digno del terror que Stoker intentó crear, con respeto a los anteriores (Lugosi, Murnau, etc) es el que dirige Francis Ford Coppola e interpreta Gary Oldman; y es una buena época para la recreación de la literatura horrorosa pues podríamos considerar a esta hermanita ilegítima de Frankenstein de Mary Shelley (Branagh, DeNiro, Bonham Carter).
La historia contiene a un Keanu Reeves cuya cara de baboso ingenuo encaja perfecto con el personaje principal, a una Mina interpretada por Winona Ryder, y a un VanHelsing recreado por Anthony Hopkins; claro, está también el ya mencionado Oldman como un malvado y eternamente permanente Dracula.
Tiene sus pros y contras en cuanto a crítica ajena, pero para mí es una joya terrorífica que no ha sido superada aún, y con el ritmo que las cintas de vampiros llevan, dudo que la haya, ante el gran rey de las creaturas de la oscuridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario