Estelarizada por Brad Dourif como Chucky, Alex Vincent como Andy Barclay, el primer niño de Chucky y su más inolvidable objetivo, y Catherine Hicks, como la mamá de Andy; la historia narra cómo un asesino y maleante está tratando de huir de la policía, y en medio de una balacera en un almacén de juguetes, Charles Lee Ray hace un hechizo tipo voodoo para mandar su alma a uno de los juguetes que había cerca y salvarse de ir a prisión. Una vez dentro del muñeco Chucky, la mamá de Andy lo compra a un vagabundo, y a Chucky se le ocurre que si quiere volver a ser humano, un niño es el objetivo que debe de tener para pasar su alma al cuerpo de este, y a quien elige es al mismísmo Andy.
Un clásico, como lo repetí, pues a quién no aterró y llenó de dudas, Chucky sobre todos los demás jueguetes diabólicos; un fenómeno cultural que nos hace preguntarnos si John Lassetter hizo a su niño central (en Toy Story) llamarse Andy como antítesis al creado por Mancini... En fin, ¿quién no conoció algún ginger chaparro en su vida y se la apodó Chucky?
El inicio de una de las más importantes sagas de horror de los últimos tiempos, una imperdible para los fans del género.

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