La historia contiene a un Keanu Reeves cuya cara de baboso ingenuo encaja perfecto con el personaje principal, a una Mina interpretada por Winona Ryder, y a un VanHelsing recreado por Anthony Hopkins; claro, está también el ya mencionado Oldman como un malvado y eternamente permanente Dracula.
Tiene sus pros y contras en cuanto a crítica ajena, pero para mí es una joya terrorífica que no ha sido superada aún, y con el ritmo que las cintas de vampiros llevan, dudo que la haya, ante el gran rey de las creaturas de la oscuridad.
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