Luego del fracaso asqueroso de X3, Gavin Hood es el seleccionado para tratar de salvar la franquicia X con la ayuda del mutante favorito del público, Wolverine, quien DEBE de ser interpretado por Hugh Jackman cuantas veces sea necesario; y en esta ocasión nos muestra lo vivido por Logan antes de su ingreso a los X-Men, desde el descubrimiento de su poder mutante, su paso a lo largo de la historia del lado de su par Sabretooth, también conocido como Victor Creed, interpretado estupendamente por Liev Schreiber, su ingreso y egreso al equipo X, formado por William Stryker, igual de bien interpretado por Danny Huston, donde conoce a mutantes como Deadpool (Ryan Reynolds) o Blob (Kevin Durand), hasta llegar al punto de la infalible venganza wolveriana y el ojo del huracán mutante que Stryker ha dejado andar en contra de Logan y el mundo.
La cinta es poca para la trama que Hood quiere desarrollar, metiendo a más personajes importantes de los que se puede contar, pues salen de papeles secundarios mutantes como Cíclope, Tormenta, o a quien trataron de crecer más, pero es tristemente usado e interpretado (por Taylor Kitsch) Gambit; superando pese a esto a la fallida X-Men 3, y buscando el débil camino para la supervivenca mutante.
Criticada por muchos, gustada por otros tanto, el lanzamiento de a solo de Wolverine en el cine no es un mal proyecto, pero es superable, estableciendo, eso sí, que el personaje es un carácter 1000% explotable y del que se le puede sacar cuanto jugo sea necesario por el bien de la saga de X-Men.
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