Con un futurismo rosa, como solo Spike Jonze podría crear, tan cercano a nuestra realidad, tan exacto para lo que a nivel tecnológico el siglo XXI ha representado, tan líneal, tan seguro, el ovacionado film de ciencia ficción del flaco que baila Praise you de Fatboy Slim en un centro comercial es una interesante propuesta sobre el futuro en contraste a las conocidas y sobreusadas distopías de viajes cósmicos y guerra de las másquinas a las que estamos acostumbrados.
Sobre un hombre llamado Theodore Twombly, interpretado con la ya acostumbrada genialidad y solutura de Joaquín Phoenix, en un futuro no muy lejano, donde él se dedica a un servicio postal de cartas de amor a desconocidos, las empresas lanzan al mercado sistemas operativos que generan y acumulan conciencia, esto para crear vínculos aún más empáticos con sus usuarios, lo que genera un nuevo tabú futurista sobre gente que se enamora de sus computadoras; así que en este nuevo mundo de amor digital Theodore tiene que vivir y sobrellevar su vida, bajo el no tan extraño caso del amor que siente (citando a Catherine (Rooney Mara), su exesposa) por su laptop.
Como menciono, la actuación de Phoenix justifica su multinominación en todos los premios de la temporada, pero cabe mencionar la destacada actuación vocal de Scarlet Johansson como Samatha, además de las participaciones de la mencionada ya Mara, y la que parece aparecerá en todas la películas nominadas a algo de los siguientes diez años, Amy Adams, y la rápida pero siempre grata actuación fugaz de Olivia Wilde.
Sin duda una destacada recomendación, pues la visión de Jonze sobre el futuro muestra la deshumanización en proceso en la que casi toda la humanidad estamos siendo partícipes; así que amantes del psi-fi y del amor y el drama, esta es una película buena que no cae ni en los extremos de lo cursi o del clitché futurista, por lo que usted si no la ha visto, debería de verla en cuanto pueda.
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